martes, 18 de julio de 2017

30 AÑOS DEL HALLAZGO DEL SEÑOR DE SIPÁN: EL TUTANKAMON DE AMÉRICA

En el antiguo reino Mochica o también llamada Moche, se extendió por la costa norte del Perú, desde la región Piura hasta la región Ancash, durante el siglo I hasta el siglo VI d.c.  Es considerada como una de las culturas más representativas y admiradas del Perú antiguo, desde el punto de vista de su expresión artística. Los mochicas fueron grandes guerreros y arquitectos de su época; construyeron templos piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios que testimonian su alto desarrollo artístico, tecnológico y compleja organización.




Durante el siglo III d.c.  los moches estuvieron gobernados por el Señor de Sipán, un gran sacerdote guerrero, cuya tumba y la de otros personajes importantes, fueron halladas en el complejo arqueológico denominada Huaca Rajada, a 35 Km al sureste de la ciudad de Chiclayo (Región Lambayeque) un 21 de julio de 1987 por el arqueólogo peruano Dr. Walter Alva.

El hallazgo de las tumbas reales del Señor de Sipán marcó un importante hito en la arqueología peruana y latinoamericana. El ataúd de madera, donde se encontraron los restos, reveló la magnificencia y majestuosidad del único gobernante y guerrero del antiguo Perú encontrado hasta la fecha, cuya vida transcurrió alrededor del año 260 de la era actual.





Alrededor de 700 objetos fueron recuperados en la tumba del Señor de Sipán, de los cuales sobresalen la vestimenta, la cual demuestra que el gobernante medía aproximadamente 1.67 m, los tres pares de orejeras de oro y turquesa o el collar formado por veinte frutos de maní, de los cuales diez están elaborados en plata y otros diez en oro, aludiendo a la dualidad presente en la cosmovisión mochica. 

Se trata de un símbolo religioso de los dioses principales, el Sol y la Luna, y hace referencia a la visualización de ambos dioses en el firmamento en un momento del día. Es decir, el perfecto equilibrio deseado, según la mitología mochica. Además el maní significaba el comienzo, el renacer.





Junto a los del Señor de Sipán se encontraron restos de ocho cuerpos,  tres mujeres, cuatro hombres y un niño. Se cree que las mujeres podrían haber sido concubinas, mientras que los hombres han sido interpretados como un jefe militar, un vigía y un soldado, este último con los pies amputados. Además, se hallaron restos de dos llamas y un perro.

Museo Tumbas Reales
Debido a la importancia del hallazgo, Walter Alva impulsó la construcción de un museo llamado Tumbas Reales de Sipán, que fue inaugurado en el año 2002. Está ubicado en Lambayeque, y se ha inspirado en las antiguas pirámides truncadas de la prehispánica Civilización Moche, (siglo I a VII d. C.). El museo custodia más de dos mil piezas de oro.


Hoy se conmemoran 30 años del descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, y por tan memorable acontecimiento, el arqueólogo Walter Alva, junto con el Ministro de Cultura, Salvador del Solar y autoridades locales, develaron el rostro reconstruido del gobernante mochica.




Ubicación
Tumbas Reales de Sipán se ubica en  la Av. Juan Pablo Vizcardo y Guzmán s/n Lambayeque, a 11 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo. El horario de atención es de 09.00 a 17.00 horas.
Tarifas: 
Adultos : S/.10.0
Estudiantes de educación superior : S/.4.0

Estudiantes de educación escolar : S/.1.5

miércoles, 5 de julio de 2017

TÚPAC INCA YUPANQUI, SOBERANO, NAVEGANTE Y DESCUBRIDOR DE OCEANÍA Y RAPA NUI (ISLA DE PASCUA-CHILE)

Túpac Inca Yupanqui, nació en el Cusco a mediados del siglo XV, fue hijo del gran inca Pachacútec; y juntos gobernaron el Tawantinsuyo con la intención de expandir sus fronteras. El intrépido príncipe inca; recibió el encargo de explorar, conquistar y anexar todos los territorios que le fuera posible, el Auqui (príncipe) inició la expansión del imperio hacia las tierras del sur. Al mando de una expedición compuesta por mitimaes y guerreros, y luego de meses de marcha, llega hasta el rio Maule, donde se enfrentó por primera vez en batalla, con la aguerrida tribu mapuche. Acerca de la presencia del inca en los territorios del Collasuyo hablaremos en otra entrada.


Túpac Yupanqui contaba con 25 Años edad cuando regresó del sur y luego de un breve descanso, inicio la expansión del imperio del Tawantinsuyo hacia el norte. Conquistó a los chachapoyashuambos y guayacondos, llegando hasta el Golfo de Guayaquil donde derrotó a los agerridos Puná y los Paches.

Es allí donde toma conocimiento de la existencia de unas islas con muchas riquezas, nuevas especies y oro, que serían importante para el imperio. En joven Auqui inca decide emprender  una expedición por mar hacía aquel lugar, para esto mando construir grandes balsas de totora y madera, para hacerse a la  mar con un gran número de exploradores.

Luego de tres meses de navegación, llegó a una isla a la que bautizó como Auachumbi (Los cronistas no confirman de qué islas se trata, luego se confirmaría que eran islas de la Polinesia Francesa), donde permaneció un tiempo, compartiendo con los habitantes de aquel lugar tan distante, los conocimientos incas sobre textilería, metalurgia y cerámica.

Al poco tiempo de emprender el viaje, Túpac Yupanqui, llegó a otra isla que bautizó como Ninachumbi, donde dejó parte de su gente e inició el regreso. Todo este relato era algo desconocido, hasta que en la década de los 60, el catedrático peruano Hermann Buse de la Guerra, recopiló las crónicas de los escritores españoles del siglo XVI, para estudiarlos más profundamente.

Santuario de Ahu Vinapu (Isla de Pascua)

Las crónicas sirvieron para que el catedrático, confirmara la autenticidad de los relatos y escribiera dos libros: Los peruanos en Oceanía: geografía y crónicas del Pacífico (1967) e Historia marítima del Perú época prehistórica (1973). La labor de descubrimiento no queda allí, años después, el antropólogo peruano Federico Kauffmann Doig, publicó el libro, Historia y arte del Perú antiguo en 2002, donde da a conocer su teoría acerca de los viajes del inca Túpac Yupanqui a Oceanía.

Todos los historiadores ante la evidencia hallada, aceptaron la teoría de que el joven Auqui inca realizó por lo menos un viaje a Oceanía pero, ahora la pregunta es, ¿A qué isla llegó el explorador inca? Las crónicas de los españoles Pedro Sarmiento de Gamboa y Pedro Cieza de León, solo hablan que llegó a unas islas que el bautizó como Auachumbi y Ninachumbi. Pero en Oceanía existen cientos de islas.

Arquitectura inca en isla de Pascua (Rapa Nui)

La respuesta a esta interrogante, la encontró el historiador peruano José Antonio del Busto, quien afirmó que para hallar esas islas, es necesario seguir las huellas que dejaron los incas en su travesía, ¿Cómo sería posible eso?, estudiando la corriente de Humboldt para seguir la dirección correcta.
El historiador viajo a la polinesia y en la isla de Mangareva encontró algo muy extraño, sus pobladores cuentan la historia que un rey llamado Túpac llego de oriente trayendo la cerámica y la textilería, Del Busto, comprobó que hay una danza que se llama Túpac y se baila hasta el día de hoy, y además encontró que utilizan pata la pesca balsas de totora.

Sorprendido por todo esto, José Antonio del Busto continuó su viaje hasta otra isla llamada Rapa Nui o Isla de Pascua. Allí sus pobladores cuentan la leyenda de Mahuna-te-ráa que significa Hijo del Sol. Esto sorprendió mucho al historiador pero, lo sorprendería más al hallar un santuario llamado Vinapú, con la misma arquitectura y construcción inca, además es el único en toda la Polinesia.


Este santuario inca en la isla de pascua, sumado a otras tradiciones orales, prueban la llegada del Auqui Inca Túpac Yupanqui a Oceanía. Toda la información se encuentra en el libro  “Túpac Yupanqui, descubridor de Oceanía”, publicado en 2006 por el historiador José Antonio del Busto.

lunes, 3 de julio de 2017

LAS MOMIAS DE NAZCA (PERÚ)

Dicen que la curiosidad, es el verdadero motor del aprendizaje, y que viajar, es una manera de ampliar tu mente. En los muchos viajes y expediciones que he realizado durante años recorriendo mi querido Perú, siempre fue en búsqueda de la verdadera historia, no de la exageración, ni el descrédito, sino, del origen de nuestro pasado milenario, de las culturas y civilizaciones desaparecidas, de acontecimientos y sucesos ocurridos, a lo largo del tiempo y la historia. Las interrogantes aún son muchas, y las respuestas muy pocas, el viaje aún continúa.

Quiero hablarles en esta ocasión de la Cultura Nazca, la cual se encuentra desde hace semanas en el ojo de la tormenta, por las supuestas momias extraterrestres y de aspecto humanoide que los expertos de distintos lugares del mundo están sometiendo a pruebas para confirmar o rechazar un supuesto origen extraterreno.

Nazca es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que surgió en la provincia de mismo nombre en la región Ica alrededor del siglo I a.c., y que entró en decadencia en el siglo VI d.c.
Tuvo un área de influencia que llegó por el norte hasta la ciudad de Pisco, por el sur hasta la ciudad de Arequipa y por el este hasta Ayacucho. Hasta el siglo VI d.c., llegaron hasta las zonas altas de Ayacucho, donde tuvieron contacto y especial influencia en la formación de la cultura Huari.
La cerámica policromada, fue un aspecto importante en la cultura Nazca, con ella se representaban figuras de hombres, animales, plantas, además de su arte textil que floreció tanto como en la época de los Paracas. En la metalurgia, hicieron obras de menor calidad en comparación con la época de cultura Chavín.


Lo más misterioso e impresionante de esta civilización, son los trazos efectuados por los nazqueños en las Pampas de su lugar de origen. Los trazos conocidos como Líneas de Nazca, que dan forma a figuras zoomorfas y antropomorfas, se ubican en una zona geográfica con pocas precipitaciones, lo que impide se borren, demostrando el conocimientos adelantados de geografía y meteorología.


En las últimas semanas se habla del hallazgo de unas momias en la zona desértica de Nazca pero, los antecedentes que se tienen acerca de cómo y dónde se encontraron estas momias es extraño y poco documentado.

En 2014 según cuentan, dos amigos que buscaban restos arqueológicos, encontraron a nivel del suelo, una losa de roca de forma rectangular que llamó su atención, procedieron a retirarla con bastante dificultad y se dieron cuenta que se trataba de una entrada con escaleras que se perdían en la oscuridad de la tierra.

Según afirman los jóvenes, la curiosidad pudo más que el miedo y utilizando unas precarias luces, bajaron por unas escaleras de piedra hasta un amplio salón con paredes de rocas talladas y en medio un sarcófago de 2,5 por un metro de ancho, con una pesada tapa de roca, la cual trataron de abrir por varias horas sin lograrlo.
Días después y luego de muchos esfuerzos, consiguieron su objetivo, al abrir el sarcófago hallaron pequeñas figuras con forma de sapo, estatuillas y lo que parecía un cerebro momificado, bastante grande para pertenecer a un ser humano.


Durante un año estuvieron explorando el interior de lo que parecía una ciudadela intraterreste, compuesta por amplios salones, muchas galerías que se intercomunicaban con otros ambientes, que se cruzaban como si fueran calles y que continuaban una tras otras.

Las momias fueron extraídas de aquel lugar, momias con tamaños variados y de aspecto muy extraño, con tres dedos y cubiertos de una arcilla fina. En otro ambiente y dentro de un sarcófago, hallaron una momia de mayor tamaño de aspecto humanoide en posición de cuclillas de enorme cabeza, largas extremidades y con tres dedos.

En 2016, las momias fueron entregadas a Paul Ronceros, coleccionista de objetos antiguos, quien los guardó por un tiempo pero, consciente de la importancia del descubrimiento, se puso en contacto con el investigador francés, TIERRY JAMIN, que se encontraban en la ciudad de Cusco, realizando estudios arqueológicos.


Semanas después, y pasado el entusiasmo del descubrimiento, los restos fueron examinados por un equipo, dirigido por Rodolfo Salas-Gismondi, Ph, D, del Departamento de Paleontología y vertebrados, del Museo Natural de UNMS. y de expertos forenses, radiólogos y antropólogos, quienes determinaron que las momias, están compuestas con restos óseos de varios animales, que sirvieron para dar forma a las figuras humanoides, cubiertas con arcilla.

Luego de las pruebas realizadas por especialistas peruanos, el ministerio de cultura, mediante un comunicado concluye que los restos de momias están formados por huesos de “animales modernos”, cosa que me parece bastante extraña, pues si bien, las momias no son cuerpos de seres extraterrestres, sí son restos muy antiguos, que de alguna forma quisieron representar algo a alguien con el que tuvieron contacto, así haya sido solo visual.


En la actualidad, se anuncia que el 11 de julio del presente año (2017), un grupo de científicos y un controvertido ufólogo, llamado Jaime Maussan, darán a conocer en la ciudad de México, los resultados de las pruebas a las que fue sometida una de estas momias, bautizada como María.

Para muchos, solo se trataría de un fraude, organizado por Maussan con la intención de captar la atención y ciertos beneficios económicos. De manera particular, puedo decir que, durante las visitas que hice a la zona arqueológica, escuche solo rumores de extrañas momias pero, nunca pude ver una.

sábado, 1 de abril de 2017

CAÑÓN Y BOSQUE DE PIEDRA DE TINAJANI (PUNO)

El cañón y bosque de piedras de Tinajani,  se ubica a doce kilómetros, al sureste de la ciudad de Ayaviri, provincia de Melgar, región de Puno, a 4 mil 059 m.s.n.m. Es un hermoso lugar con muchas cuestas empinadas, quebradas, riachuelos y mucho más, ideal para los amantes del trekking o senderismo.

Conocido también como el “cañón del diablo” por una leyenda local, Tinajani presenta diversas quebradas, majestuosas formaciones geológicas, zoomorfas y antropomorfas, de más de 50 metros de altura, como resultado del continuo ataque de agentes erosivos (viento, granizo, nevada y lluvia), que con el transcurrir del tiempo, fueron esculpiendo estas majestuosas moles pétreas.






La palabra Tinajani se deriva del sustantivo quechua “Tinaja”, que en español significa “vasija grande de barro”. El nombre se debe a tres fuentes líticas que se asemejan a tres tinajas, formadas por la rápida caída de un arroyo de aguas cristalinas. 






Los pobladores que habitan la zona desde mucho tiempo atrás, guardan la creencia de que el diablo o Supay andino, pasea todas las noches, por este paraje desde tiempos inmemorables y que, durante las épocas de lluvia, gusta de bañarse en las tinajas de roca, rugiendo y emitiendo extraños y aterradores sonidos, en medio de la oscuridad de la noche. Bueno, esto es solo una creencia, pero si decides acampar en el lugar te advertimos que los rugidos y ruidos extraños, son solo el sonido del torrente de agua que cae violentamente arrastrando pesadas rocas.





Aquí es donde el Supay, se baña y ruge
por las noches. Es mejor dejarle unas monedas como
ofrenda, de lo contrario podría confundir tu camino de regreso. 
No olvides, caminante, que la mejor arma de
un demonio andino es el engaño.



En 2003, el cañón de Tinajani fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación y desde el año 1993, este hermoso paraje natural es escenario de un importante festival de danzas autóctonas. Luego de disfrutar de la riqueza paisajista del lugar; como dato adicional te sugiero que al pasar por la ciudad de Ayaviri, no olvides probar el delicioso y tradicional Kankacho, elaborado a base de cordero asado, macerado en ají panca, pimienta y comino, papa nativa y ají uchucuta. Si acompañas con una cervecita negra, sería lo máximo.



En el cañón de Tinajani también se encuentran
chullpas funerarias de la cultura Ayawiri.

Solo con el viento, el tiempo y el paisaje. 
Tinajani, solitario y hermoso lugar. 


Para visitar "El bosque de Piedras de Tinajani", primero debes de llegar a la ciudad de Juliaca, Puno, luego tomar un bus o colectivo hacia el poblado de Ayaviri (precio del bus 15.00 soles). Ya en el poblado puedes contratar el servicio de taxi o mototaxi (precio ida y vuelta, mas la espera de 2 horas aprox. 50 soles). Para que te lleven a Tinanaji. Es recomendable ir por la mañana, para poder recorrerlo en toda su extensión.