Según los relatos, mitos o creencias populares del ande, existen criaturas
extrañas de aspecto demoniaco, que encarnados en seres humanos o animales, habitan
en la puna, lagos, cerros o selva, y que suelen aparecer de manera repentina y
malévola en caminos o parajes solitarios, para asustar o causar la muerte a los
desprevenidos viajeros.
La lista es muy extensa, pues las tradiciones andinas hablan
de estos seres en todas las regiones del Perú y con nombres distintos pero, con
los mismos fines: en algunos casos para ser un aliado y hacer realidad
tus deseos, pero en la gran mayoría ser tu enemigo y quitarte la vida.
Como ya te comenté las deidades mitológicas andinas
son muchas, pero en esta ocasión mencionaré tres, quienes en los relatos
andinos son los más populares.
El Muki
Es el duende que habita en el plano subterráneo y uno de los
personajes más populares de mito y leyenda en Perú y Bolivia. Según los mineros
que afirman haberlo visto, mide unos 50 centímetros de estatura, usa ropa,
casco de minero, chullo, tiene los pies grandes, y con lámpara en mano, camina
solo por las galería de la mina y pueden ser visibles o visibles para el ojo
humano a voluntad.
En algunas ocasiones el Muki es atrapado por los mineros con
una cuerda especialmente hecha de pelo de caballo (pues rompe con facilidad las
cadenas de hierro o acero) con la intención de hacer un trato con él. A cambio
de tabaco o alcohol, puedes hacer que el Muki te muestre una veta de oro o que
trabaje por ti hasta encontrar una.
El Muki puede castigar e incluso asfixiar a su captor si
incumple el trato. A este ser mitológico se le atribuyen los extraños ruidos en
el interior de los socavones. En el centro minero Las bambas, se logró
fotografiar uno de estos seres. Es conocido en otras regiones del Perú como
anchancho (Puno) o chinchilico (Arequipa).
La Jarjacha
Cuentan las leyendas y mitos andinos que, si una persona
comete incesto o adulterio, su alma se oscurece por la maldad, y por las noches
su alma abandona su cuerpo y tomar las formas zoomorfas más aterradoras que
puedas imaginar. No es necesario morir para que esto ocurra; la persona puede
estar simplemente dormida y transformarse. Al despertarse la mañana siguiente,
pensará que tuvo pesadillas, pero era su alma la que realmente asechaba por los
alrededores del pueblo.
En las alturas de los Andes, estas almas toman el nombre de
Jarjacha (qarqacha) y suelen aparecer como una llama con rostro humano y
pezuñas de león, o incluso más horripilante, según la frecuencia con que
cometieron el pecado. Es muy peligroso encontrarse con una Jarjacha, la extraña
criatura escupe a todo aquel que se cruza por su camino, sus ojos lanzan fuego
y ataca sin piedad.
Cuando aparece una de estas almas malvadas, los comuneros se
organizan en grupos para atraparla, golpearla y azotarla, para luego mancharle
la cara con hollín, de esta manera la mañana siguiente sea posible identificar
a la persona transformada.
El Pishtaco
La tenebrosa historia del Pishtaco, se basa en la figura de
un extranjero que ataca a los habitantes de los pueblos andinos, más aún a los
que se encuentran aislados. Los pobladores alto andinos no dudan al describir
al Pishtaco como un ser solitario, sobrenatural y aspecto maligno que disfruta
con el sufrimiento de su ocasional víctima. Se cree que deambula por los
parajes y caminos solitarios para castigar a quienes pecan y andan solos por la
noche.
Él ataca a sus víctimas por la espalda y corta sin piedad
sus gargantas. Se dice que lleva a sus víctimas a una cueva donde rápidamente
extrae su grasa o sangre y adereza la carne obtenida que le servirá de
alimento. Se cuenta que la grasa que extrae de sus víctimas la vende a
comerciantes o industriales que las usan como fino lubricante industrial para
relojes de alta precisión.
Existen muchos relatos que dan fe de la existencia de este
ser; pues coinciden con las desapariciones y hallazgos de personas decapitadas,
por ese motivo no es seguro caminar por zonas solitarias durante la noche. Otros
manifiestan que se trataría de asesinatos provocados por venganza o robo y que
utilizan está leyenda para encubrirlos y quedar impunes.